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La almendra de Néstor

El fútbol necesita una guardería

El fútbol necesita una guardería

Las últimas actuaciones de algunos jugadores “profesionales” de fútbol, me han hecho pensar en una necesidad imperiosa: Se necesitan guarderías para educar a estos niños malcriados.

Por si no recuerdan de a que me refiero, voy a recordárselo. Primero llegaron los cortes de manga de Costa –jugador del Espanyol de Barcelona- tras marcar un gol. Su celebración se basó en ir corriendo por la banda del campo, como alma que lleva el diablo, haciendo repetidos cortes de manga ¡hacia las gradas de su propio estadio! Es increíble, hasta donde llega la falta de respeto de ciertas personas. Realizando un símil, la situación sería la misma que si yo fuese comercial de una empresa y cuando visito a mis clientes, que son quienes me dan de comer, les recibiese con el mismo gesto. Sin embargo, no crean que se arrepintió o pidió disculpas. El simpático jugador declaró al finalizar el encuentro que se habían malentendido los gestos y que simplemente era una dedicación...

Un incidente similar fue el protagonizado como por Van Bommel. Dicho personaje es un holandés que jugó en el Barcelona durante un tiempo y esta temporada se marchó al Bayern de Munich. Durante el encuentro de ida de la Champions, que se jugó en el Santiago Bernabéu, no se le ocurrió otra manera de festejar su tanto que copiar los gestos de Costa hacia el público madridista.

 

Dejando un poco de lado los gestos obscenos de estos ¿adultos?, otro de los comportamientos infantiles que se han puesto últimamente de moda en el mundo del balompié es el de negarse a jugar un partido. En esta tendencia, como no, el joven Eto’o es innovador. Al camerunés más que regalarle botas de oro, le podían regalar un test de inteligencia –como a su compañero Oleguer-. ¿Qué es eso de negarte a jugar un partido? Si a uno de nosotros, seres terrenales, cualquier día nos dice nuestro jefe que mañana vengamos a trabajar, como siempre, y le contestamos con: no, he pensado que mañana no me apetece..., ¿Qué sería de nosotros? Pero al joven camerunés se le consienten todas sus chiquilladas.

Tras él, y para no ser menos, llegó el turno de Emerson. Nuevamente un jugador brasileño, en este caso del Real Madrid, fue el que dio la nota al negarse a participar en un encuentro para el que había sido convocado por el entrenador, Capello. Según el club era porque sentía molestias, según el resto era porque le habían pitado otro día. Así que ya saben: cuando su jefe le diga que no ha hecho bien una cosa, les corresponde una semana de descanso remunerada.

 

Y..., qué decir de las demostraciones de las dotes pugilísticas de algunos de estos astros. Ya vimos el Campeonato Sudamericano por los pesos medios entre Diogo y Luiz Fabiano. Fue una velada memorable en la que, ante más de 30.000 personas, ambos contendientes dieron un espectáculo deplorable y vergonzoso.

No obstante, nuevamente en el Real Zaragoza, la última ha sido la que Ewerthon, delantero carioca del conjunto, que propinó un puñetazo a su compañero, el portero César, durante un entrenamiento. ¿El motivo? César le dijo que tenía que tener mayor implicación con el equipo. Gracias a nuestro sindicalista Ewerthon, los trabajadores hemos conseguido un nuevo derecho laboral: cuando un compañero nos increpe a trabajar más duro, podemos liarnos a golpes con él. Ni él propio Marx alcanzó tan altas cotas.

En fin, dejando un poco de lado las bromas, creo que esta es la consecuencia más inmediata de la cría en libertad de personas mimadas y maleducadas –y en algunos casos casi analfabetas-, que se elevan a la altura de divinidades. ¿Acaso son necesarios los futbolistas? Los bomberos, sanitarios, policías, barrenderos, obreros... son más útiles a la sociedad que nuestros amados deportistas de fútbol. ¿Qué diferencia genética hay entre ellos y el resto de deportistas? Porque los jugadores de baloncesto –me refiero siempre a Europa-, los atletas, los nadadores..., todos los demás, son personas normales. Tal vez ya es hora de dejar de invitarles a los mejores restaurantes, pases de modelos, fiestas, tiendas de ropa y todos los caprichos que se les antojan. Solo hay que ver como van por la vida muchos de ellos para darse cuenta de que no solo no son mejores que el resto de sus semejantes, sino que son peores.

 

Aunque eso sí, como siempre y gracias a Dios, hay excepciones que se agradecen de futbolistas que son brillantes seres humanos. El problema es cuando piensas en ellos te das cuenta de que cada vez son los menos. Mi teoría es que existe una relación directa entre el modo de ser de los futbolistas y lo que cobran, por ello cuanto más cobran menos meren la pena.

1 comentario

Rafa -

Nestor, vamos a hacer un proposito y tu le enseñas a Diogo la Jota y yo a Luis Fabiano sevillanas, así la próxima vez que intenten prácticar los bailes regionales españoles no harán el ridiculo como aquella desternillante escena... Ala shaval! a ver si este año le kitais el puesto champion al Madrid y el Sevilla gana la liga. SEVILLA FC; mejor equipo del mundo en el 2006, Campón de la Copa de la UEFA y Supercampeon de Europa.