Victorioso Fernández: el dandy de Torrero
Víctor Fernández, entrenador del Real Zaragoza, es uno de los técnicos nacionales e internacionales que mejor “jogo bonito” hace practicar a sus equipos. Esta popular expresión –desde el mundial de Alemania- identifica el juego de los equipos con una neta visión ofensiva, con jugadores de gran calidad técnica y juego sin balón. El míster de Torrero se ha caracterizado siempre por sus tácticas descaradas, que le han llevado a su corta a edad de 47 años a ser el sexto técnico con más partidos disputados en Primera División. Con sus 500 encuentros dirigidos, se sitúa dentro del club de los Luis Aragonés, Irureta y compañía.
En su primera etapa en el Real Zaragoza (1990-97), con tan solo 31 años, escribió con letras doradas varias de las hojas de la historia del club. Tras haber sido segundo de Radomir Antic, y con claras influencias en su concepción del fútbol de Arrigo Sacchi, salvó al equipo del descenso a Segunda con un 5-1 en casa contra el Murcia. Este partido marcó un hito. Un estadio lleno hasta la bandera vibró aquella noche en la que Alfonso Soláns Soláns entregó las riendas del equipo a aquel joven trajeado, elegante y apuesto, que gesticulaba continuamente desde la zona técnica. A partir de aquel momento comenzó el nacimiento de un bloque humano que aglutinó a grandes jugadores como Aguado, Pardeza, Poyet, Esnaider, Darío Franco, entre otros muchos, y que culminó con el gol del siglo de Nayim. Víctor se convirtió en el dandy del banquillo: elegante en sus formas y en su gusto por el buen fútbol.
Esta temporada, con el regreso del hijo pródigo a La Romareda, ha protagonizado uno de los casos más excepcionales del mundo del balompié con la firma de un contrato por cuatro temporadas de duración. En una dinámica en la que muchos de sus compañeros de profesión no concluyen ni una campaña, resulta singular la confianza depositada en él por la nueva directiva formada por Agapito-Bandrés para que dirija el proyecto deportivo de la entidad.
Sin embargo, esta confianza no es gratuita. Víctor ha demostrado siempre su zaragocismo allí donde ha estado. Nunca ha ocultado su identificación con el club y con su ciudad natal. El míster ha regresado al equipo de su corazón. Llegó como se fue: entre lágrimas, y esperemos que no sea la última vez que se las veamos, pero que sean de alegría y en la Plaza España.Si no había vuelto antes al Real Zaragoza, no era por motivos ni económicos ni deportivos, sino por la enemistad acérrima que se profesaba con el anterior presidente, Alfonso Soláns. Así, con la venta este verano del club, las puertas para el regreso del dandy de Torrero se abrieron de par en par.
La afición está completamente volcada con su entrenador, con su equipo y con el “tiki-taca” que desarrollan. Con un Valencia catenatizado, un Madrid que hace bostezar y un Barcelona en horas bajas, solo el Sevilla o el Getafe pueden competir con el fútbol descarado, abierto y ofensivo del nuevo “Zarasil”. De hecho, el pasado partido disputado en el Municipal entre el Zaragoza y el Sevilla ha sido hasta el momento el mejor cóctel de fútbol que se ha vivido este año en la Liga de las Estrellas.
Su carácter afable, su cercanía –que como se oye en las gradas cada domingo, es de aquí-, su identificación con el club y su capacidad de trabajo, hacen que la ilusión haya regresado a una afición muy necesitada de ella.
Sus 500 partidos en la elite del fútbol y sus copas quedan como una simple anécdota al ver como en cada partido lanza a sus hombres a por la victoria. A pesar de pertenecer a uno de los clubes más selectos: el de los diez entrenadores con más partidos en Primera -aunque actualmente es el único de todos ellos que tiene equipo-, continúa con las mismas ganas que cuando debutó allá por el año 1991 sustituyendo a Ildo Maneiro. Desde ese momento, se escribió una historia que todos esperamos sea interminable.
Víctor, tú sí eres profeta en tu tierra. La parroquia está contigo. Guía a tu rebaño a unos nuevos Parques Elíseos de un nuevo París.
· Murcia, el comienzo de la Recopa:Como en más de una ocasión ha expresado la generación de jugadores que jugó la promoción en 1991 contra el Murcia, incluido el propio Víctor Fernández, este fue el partido más emotivo de su carrera. Aunque pudiera parecer más importante el título de la Recopa del 95, muchas veces ha dicho Víctor que “contra el Murcia nació el gran equipo que con la final de la Recopa comenzó a morir”. Sea como sea, lo que nadie podrá discutir nunca es que en sus ocho temporadas como entrenador del equipo zaragozista se ha convertido en el más laureado de la historia del club.
· Un hombre de pocas novias:A pesar de su gran cantidad de encuentros al más alto nivel, Víctor siempre ha preferido los proyectos de larga duración a los retos puntuales. Por ello, mientras otros entrenadores con menor número de partidos dirigidos son auténticos trotamundos, el zaragozano se ha sentado únicamente en los banquillos del Real Zaragoza (8 temporadas), Tenerife (10 partidos), Celta (4 temporadas), Betis (2 temporadas) y Oporto (media campaña), demostrando su calidad en el trabajo donde se le ha permitido.
· Títulos:- Nacionales:
o Copa del Rey 1994 Real Zaragoza
o Supercopa 2004 Oporto
- Internacionales:
o Recopa 1995 Real Zaragoza
o Intertoto 2000 Celta
o Intercontinental 2004 Oporto
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