El primer error
He de reconocer que mi primer error gordo lo cometí muy pronto. No conozco como debe ser el primer ciclo menstrual de las mujeres, pero siempre se ha dicho que es muy traumático, que las niñas pasan mucha vergüenza..., pues debe ser algo parecido al primer error en el periódico.
Cuál fue la errata es lo de menos. La cuestión es que yo salí muy contento de trabajar y me fui a mi casa. Descansé durante toda la noche, y nada más despertarme me llamó mi padre. Me dirijí a ver qué quería, y lo encontré con el periódico abierto. Me dijo: "Hijo, me parece que aquí ayer alguien metió la pata en tu sección"... -escalofrío por la espalda-. Me aproximé; miré; reconocí la fotografía de la noticia; y me entonces me percaté de que sí, eso lo había hecho yo ayer. -Temblor en las piernas- Me senté y leí más tranquilo el error, para ver si no es muy grave, pero no hubo suerte. Era una "cagada".
Ya te quedas preocupado el resto del día, llegas al trabajo con cara de niño de cinco años que ha roto algo y te sientas en silencio frente a la pantalla del ordenador. El tiempo pasa muy despacio, y, además, sabes que en algún momento llegará el toque. Y así es. Escuchas tu nombre pronunciado por tu jefe, que te llama, y eres completamente consciente de lo que te quiere decir.
Reconoces el error, dices que no volverá a pasar, y sin saber por qué, te gustaría poder apagar el ordenador e irte a tu casa. Pero no puedes claro. Sigues con lo tuyo -al fin de al cabo más que una bronca ha sido un simple toque de atención-, pero el problema no sería que te gritasen -que no lo hacen-, es que has fallado, y encima en una tontería.
Al final, lo mejor es que seguro que a partir de ahí eso no me ocurrirá más veces y estaré más atento. Como se dice siempre: de los errores se aprende.
3 comentarios
Guillermo -
Elena -
cayetana -